Antes de irme a la cama

No parece suficiente un montón de niñas que disparan reitings gracias a su extraña empatía con Barbis Hilton, buscar en la Patagonia los embastes que bien pueden encontrarse tomando bastantes carros públicos en cualquier parte de esta media isla, no. Tampoco seguir en el intento de encontrar la magia real de Harry el de la varita, ni una primera finalista para la ideología supermiss de la belleza universal, no, además Julia transpira olores pro ambientalistas, pues así están las cosas. Y persiste la sordera exiliada ante una voz colombiana que le pesan más los daños que los mismos años al final… no basta una canción, tampoco la lluvia para la sofocación del verano caribeño, no, para mal de males mi inteligencia emocional es reprobada por obstinación, por obediencia a las mujeres de corazones sanos y blusas rojas me toca reiniciar mi curso intensivo de batalla. En tanto, decido quien me fastidia mas entre los candidatos a ser mi voz levantando las manos o en su defecto, jugando solitario mientras se reconstituye la suerte o la falta de ella para todos nosotros que vemos la tele apostando a nuestro favorito en un Dominican Latin American Idol y decidimos si dejar o no atrás el sucio y volvemos a empezar.